"Cuando no hay lugares para procesar el grano, que implica secarlo, clasificarlo, limpiarlo y luego almacenarlo, el agricultor se ve obligado a entrar al mercado y deshacerse de su producción. Y entonces la oferta llega masivamente, de todas partes, y provoca la caída de los precios agrícolas", afirma el director, que es presidente de la Cámara del Sector de Almacenamiento de Granos de ABIMAQ - Asociación Brasileña de la Industria de Máquinas y Equipos.

Bertolini recomienda la construcción de almacenes dentro de las propiedades rurales, para que la estructura pueda acompañar el crecimiento de la producción. "El agricultor debe entender que la actividad de almacenar, secar y transformar su propia producción forma parte del conjunto de su negocio, y que esta subcontratación es muy cara", subraya.